Si cogemos el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la palabra autogestión viene definida de la siguiente forma: "Sistema de organización de una empresa según el cual los trabajadores participan en todas las decisiones". Entendida esta palabra según la RAE, tiene matices más bien económicos, y si bien es cierto que los factores económicos son esenciales para entender la autogestión, no son los únicos.
Por ello, hay que atender a la multiplicidad de prácticas que tiene la autogestión y que en muchas ocasiones no mantienen unas relaciones directas entre sí, puesto que el fin de la autogestión a nivel estatal o de una empresa, no tendrá el mismo fundamente y trasfondo que para los sectores populares y autónomos. Por lo tanto entendemos el concepto autogestión como una construcción social, histórica, argumentativa, polisémica.
Alejandra León Cedeña*, basándose en diferentes autores, analiza y distingue la palabra autogestión en seis categorías diferentes, las cuales afirma que pueden sufrir modificaciones, fusiones o alteraciones entre sí:
- Autogestión libertaria o histórica: se trata de la forma de autogestión más antigua y tiene sus raíces en la ideología anarquista, las cuales buscaban una gestión colectivizada sin relaciones jerárquicas ni autoritarias, es decir, prescindiendo de la burocracia y el Estado en la gestión social. A medida que transcurre el tiempo, esta ideología anarquista se va mezclando con diversas ideologías que también persiguen la autogestión pero con matices diferentes, desde una crítica al Estado marxista o las formas culturales de autoorganización, recreando el pasado para perseguir una organización social más sana. Por ello se podría definir a este tipo de autogestión, como un proceso en el cual un colectivo de personas, organizadas en redes (conversacionales) de producción que varían según el momento y el contexto, toman decisiones horizontalmente y actúan colectivamente en la búsqueda de bienes, acciones, ideas, servicios o reivindicaciones colectivas que los afectan, habiendo una posesión colectiva de los recursos empleados (León y Montenegro, 1999). Resumiendo esta idea, podríamos decir que lo que pretende este tipo de autogestión es mediante el consenso de todos los miembros de una misma unidad, se logre alejarse de unas formas de producción socialmente peligrosas. Todo ello fruto de una rebelión hacia el Estado mediante el apoyo mutuo de todos los miembros. La pregunta que se hace Nelson Mendez es la siguiente: ¿es posible este tipo de eutogestión o hablamos de algo utópico? Si la respuesta la centrásemos en los movimientos anarquistas, no solo los pasados si no, también los presentes, la respuesta sería un sí, pero actualmente, los movimientos sociales han sido "chantajeados" y acomodados en la explotación capitalista. Además de la utopía de si la sociedad está dispuesta a llevar a cabo ese proceso de apoyo mutuo y colectivo.
- Autogestión estatal: se trata de una autogestión que se lleva a cabo desde el gobierno. Surge de la necesidad de la independencia del gobierno en relación con potencias opresioras. Se implementa de arriba hacia abajo: el Estado promueve su desarrollo y estudio, decretando la toma de los medios de producción o de decisión comunitaria. Este tipo de autogestón se dio en Yugoslavia, el Estado decretó todo el poder empresarial en el pueblo, dejando libertad a este para tomar todo tipo de decisiones de producción, llamando a las empresas estatales: empresas sociales. Nace en Yugoslavia de una revolución producida en la Segunda Guerra Mundial, que perseguía el poder de los campesinos sobre las tierras y de los trabajadores sobre las fábricas, y cuando venció dicha revolución, los trabajadores se adaptaron al único modelo social que conocían, el soviético, uniendo todo tipos de medios de producción y autogestionandose.
- Autogestión liberal: se trata de un autocontrol en las decisiones, tanto individuales como grupales (en grupos más bien pequeños), por parte de los trabajadores de una empresa debido a la ausencia de un patrón o gerente encargado de esta. Se trataría de que los trabajadores pudiesen ser libres a la hora de tomar sus propias decisiones, tomando esta libertad, no tanto hacia una visión de cambio social, sino para ser más eficientes a la hora de producir. Actualmente, este tipo de autogestión se ha llevado al terreno de los libros de autoayuda siguiendo la premisa de que tú eres libre en tu propia vida y tú eres quien la controla.
- Autogestión sin patrón: entendida esta autogestión como la ausencia de dueño, es decir, los trabajadores son los propios "jefes" y son quienes dirigen la empresa. Su inicio histórico data del Siglo XIX. La diferencia clave con la autogestión liberal, es que este tipo de autogestión no aboga tanto por un cambio social sino por una lucha en contra de las aberraciones del capitalismo y del desempleo. Hay que tener en cuenta que es posible que haya trabajadores que estén satisfechos con la explotación a la que son sometidos, y les compense más que ser sus propios dueños, esto es debido a factores como la calidad del trabajo, el salario, la iniciativa...
Por lo tanto, este tipo de autogestón podríamos encaminarla a lo que actualmente llamamos cooperativas, puesto que no solo persiguen un cambio en la producción privada de la empresa, sino que además pretenden un cambio en lo social, en lo político, en lo educativo y en lo cultural. - Autogestión microcomunitaria: se trataría de la autogestión a la que más hacemos referencia en este blog, y es aquella autogestión creada por el agrupamiento espontáneo y voluntario de un grupo de personas, normalmente con semejanzas vivenciales (religiosas, ideológicas, políticas...), que persiguen un objetivo colectivo y común, el cual intentan alcanzar mediante la participación y la cooperación de todos los miembros del grupo. Está al margen del Estado o de cualquier tipo de liderazgo paternalista. Persigue más que una transformación política de la sociedad, como aboga la autogestión liberal, un cambio hacia una sociedad más conciencia y sentida con su entorno, en definitiva, una sociedad más justa. Este pensamiento no tanto de cambio, como de justicia, viene dado del aumento cada vez mayor del desarrollo, que a su vez trae un aumento de la pobreza, por lo que se pretende una vida digna para la sociedad en general. Para ello, la autogestión tiene que perseguir una serie de principios, que son: democracia directa, acción directa, apoyo mútuo entre los miembros, extensión y formación. Teniendo siempre claro que la autogestión no significa autosuficiencia, puesto que la idea de autogestión persigue el poder de decidir sobre sí mismo en las decisiones que le afectan.
- Autogestión de agente externo: se trata de que una o varias personas ajenas al grupo que tiene o tienen el monopolio de los recursos que la comunidad o grupo formado necesitan, y se revisten de un liderazgo encubierto, es decir, son ellos quienes controlan cualquier tipo de producción dentro del grupo, siendo quienes ejercen el poder. Se trata de una autogestión con una composición jerarquica más vertical que horizontal. Puede ser que quien sea el poseedor de recursos no ejerza ningún tipo de poder sobre el resto, o por el contrario, se convierta en un agente externo encubierto de poder.
De estos seis tipos de autogestión podemos concluir que existe la diferencia principal entre autogestión y heterogestión, explicadas en el siguiente cuadro:
* Alejandra León Cedeño (sin información concreta en una sola web): diplomada en Psicología Social y forma parte de Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (Brasil)
Beatriz Rivas Hernández
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