Una
moneda social es una herramienta de comercio creada y utilizada por
las personas con el fin de realizar intercambios entre productos,
servicios o conocimientos. Suele desarrollarse en ámbitos locales
determinados, ya que se utiliza en beneficio de la comunidad y de sus
miembros. El valor de la moneda lo marcan sus usuarios y no es
posible especular con el.

La
moneda social es una construcción humana. En nuestra sociedad, es
indudable que existen muchas personas con grandes dificultades para
acceder al euro, además contamos con un tipo de mercado que no pone
precisamente las cosas fáciles a ciertas personas (como mujeres, o
personas de la tercera edad), hay desempleo y sin embargo existe
mucha demanda de trabajo, ¿por qué no crear una moneda que cubra
esas necesidades? Es por esto por lo que distintos grupos de personas
entendieron que ante esas carencias tenían que alzarse y ponerse
manos a la obra. Por ello, se puede decir que el objetivo principal
que se ha marcado con este tipo de moneda es la de empoderar a las
personas, para que puedan cubrir sus necesidades valiéndose de las
habilidades que el mercado del euro y las circunstancias les impide
ejercer.
Esta
moneda solidaria permite el acceso a muchos servicios y productos
como por ejemplo servicios de cuidados, osteopatía, enfermería,
acupuntura, mecánica de automóviles y bicicletas, además de
productos como cestas de verduras ecológicas, miel, productos de
cosmética, higiene, etc.
No se trata de una moda pasajera producto de la crisis, sino de una economía alternativa real con más de 80 años de experiencia, que se encuentra muy asentada en lugares como Inglaterra y Alemania y que no para de aumentar en España, hasta el punto de emplearse prácticamente en todo el país. En este mapa se muestran las localidades donde las podemos encontrar. También puedes acceder a ellas a través de bancos del tiempo o asociaciones.
No se trata de una moda pasajera producto de la crisis, sino de una economía alternativa real con más de 80 años de experiencia, que se encuentra muy asentada en lugares como Inglaterra y Alemania y que no para de aumentar en España, hasta el punto de emplearse prácticamente en todo el país. En este mapa se muestran las localidades donde las podemos encontrar. También puedes acceder a ellas a través de bancos del tiempo o asociaciones.
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